La receta del FMI

17/06/2012

ECONOMÍA

Datos y situación

España está a dieta desde el año 2010. Una dieta estricta. El buen tiempo se acerca y hay que estar preparados para pasear por la playa. El FMI se ha pronunciado. Era de esperar que unos días después de la aparición de la palabra rescate llegasen las recomendaciones. Es un avance del futuro más inmediato. La condicionalidad para recibir el préstamo europeo existe. Las recomendaciones son el primer paso. De hacer la dieta por nuestra cuenta pasaremos a estar supervisados por doctores de cuestionable mérito profesional. Entre las sugerencias se encuentran las siguientes:

-          Calificar a los bancos como: aquellos que no necesitan intervención, bancos viables que necesitan apoyo del gobierno, el cual se materializará sujeto a los planes de restructuración profundamente supervisados y los bancos no viables.

-          Subida del IVA y de impuestos especiales. Con la crisis económica el tipo máximo de IVA general ha pasado del 16% al 18% y parece que la senda ya está marcada.

-          Reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social condicionada a la reducción del déficit público.

-          Eliminación de la recientemente introducida deducción por vivienda.

-          Flexibilización de los salarios para que se adapten a las altas tasas de desempleo o lo que es lo mismo: reducción de los salarios.

-          La existencia de un consejo fiscal independiente que lleve a cabo el análisis de los presupuestos.

-          Reducción de los sueldos públicos.

La dieta marcada por el FMI es hacer más profunda la dieta que está llevando a cabo el país desde hace un par de años. Abogan por la recuperación de la demanda interna y la medida propuesta es la subida del IVA. Los impuestos han de subirse en los tiempos de sol y verdes praderas y no en los de nubes negras y hojas muertas. Las políticas que están en funcionamiento en materia fiscal y, las que se están poniendo sobre la mesa, son totalmente contrarias al ciclo económico. Que sí, que hay que reducir el déficit público y eso se consigue aumentando los ingresos y reduciendo los gastos. Que sí. Pero también, ¿no sería adecuado centrarse profundamente en ese objetivo cuando la economía inicie el crecimiento? ¿no sería adecuado pisar el freno y hacer el proceso de una forma más lenta? Pues bien, en esto está “mas o menos de acuerdo” el FMI. Han llegado a la conclusión, aunque imagino que mucho no les ha costado, que el objetivo de déficit no se cumplirá y que, aunque debe cumplirse, es probable que el tiempo para llevar a cabo la consolidación fiscal deba ser más amplio. ¡Ahora solo queda que la UE llegue a la misma conclusión!... Está difícil. Aunque el FMI subraye el crecimiento económico como finalidad, sus medidas se basan en aumentar impuestos, en reducir gastos y en reducir salarios. Los salarios ya se están reduciendo, no hay duda y la política fiscal restrictiva ya está en funcionamiento. Tampoco hay duda. ¿Estamos creciendo? No. Es más, el FMI augura dos años de un crecimiento tiroteado. De un crecimiento paseándose moribundo por las aceras de España sin encontrar un hospital cercano.

Un aspecto curioso es la distinción de los bancos. Un banco guapo, un banco feo al que se le puede maquillar y un banco al que ni su abuela piropea. Esta distinción está relacionada con las palabras de Joaquín Almunia de la pasada semana en las que decía que algún banco podría ser liquidado. ¿Asistiremos a este proceso? Desde el Gobierno se dice que no pero los gritos desde el exterior cada día se multiplican.

¿Un consejo fiscal independiente que lleve a cabo el análisis de los presupuestos? ¿Qué es eso? ¿Similar al proceso de evaluación externa de las entidades financieras? Parece ser. Estamos en una situación límite y parece que bastantes ojos van a estar encima de cada movimiento. En la partida de ajedrez no estaremos solos frente a la crisis. Cada movimiento será estudiado desde el exterior. Cada jugada será cuestionada y evaluada.

El FMI ha puesto sobre la mesa sus perspectivas y medidas. No nos ha sorprendido. Eran las esperadas. El Gobierno ha dicho que no las pondrá en marcha. ¿Eso que quiere decir? Pues que lo más probable es que cualquier viernes nos enteremos de la subida del IVA, de la eliminación de la deducción por vivienda, del recorte de los sueldos públicos…

Daniel Franco

1 comentario:

  1. Las medidas en general me parecen una chapuza, salvo excepciones:

    1) Me parece bien la existencia de 3 tipos de bancos y liquidar los "feos". Sí, ya se que eso conlleva más paro, pero evitaría la entrada de dinero público tan necesario para otros menesteres. Por otro lado, dicha liquidación implicaría la eliminación de "activos tóxicos" o más conocidos como "pisos sin vender" lo que produciría una caída en picado del precio de los mismos. Eso de alguna manera compensaría la eliminación a la desgravación por vivienda.

    2) Lo de la subida del IVA ya no tiene nombre. Si los datos que se ofrecen sobre previsiones de turismo son ciertas, nos va a salir cara la subida. Los que no tienen no pueden gastar, los que tienen prefieren no gastar "por si acaso"... ¿realmente creen q van a recaudar más?.

    3) Reducción de sueldos públicos: cuando las cosas van bien, nadie se acuerda de subirlos, pero en cuanto las cosas se ponen mal se acuerdan de los funcionarios, quienes por el hecho de tener un "sueldo fijo" tienen excesivos privilegios. Tampoco se han dado cuenta que la bajada de sueldos es "lo menos dañino para ellos aunque también influye". Soy funcionaria y la Administración lleva "modificando unilateralmente" las condiciones laborales de mi contrato desde que entré en ella. Amén de "la falta de legalidad" de muchos de esos contratos estatales. ¿Y eso cuánto va a repercutir en la reducción del gasto público?. Echen cuentas y verán que es una paupérrima parte de las necesidades de recorte.

    Ea... a partir de ahora, veremos cómo un médico que acaba su turno a las 3 y está en medio de una operación diga.. uy se me acabó el turno.. q cosa el siguiente. Porque hay muchos funcionarios, muchos tipos, los sueldos no son iguales, y el que las cosas se hagan bien muchas veces dependen de la "buena voluntad de los funcionarios". Que se lo digan a médicos, policías, profesores, etc.

    Lo dicho, las generalizaciones siempre son malas.

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