Con I de Inversión (Deuda privada, crédito e inversión)

1/06/2012

ECONOMÍA

Datos y situación


El estallido de la crisis financiera arrancó del tendedero español la ropa que pensábamos que ya estaba seca. Destapó los problemas y debilidades de una economía que nos decían que era fuerte. La demanda interna no ha hecho más que descender y tener un empleo hoy en día es como llevar en el bolsillo un billete de 500€…

Uno de los problemas más importantes de la economía española y del que, probablemente, salen todos los demás es del incontrolado aumento de la deuda privada durante los buenos tiempos. Aquellos tiempos en los que la economía nos taladraba con buenas noticias y las páginas salmón servían para no pisar lo fregado.  Hoy en día la deuda privada representa más del 220% del PIB y si añadimos la pública estamos endeudados en términos generales más de un 300% del PIB. La cifra es escalofriante y la deuda se ha convertido en hierro ardiendo en las manos de los deudores. Quieren quitársela de encima antes de meterse en nuevos proyectos de inversión. El desapalancamiento ha llegado y parece que se quedará con nosotros una larga temporada.

Con el aumento del desempleo y la necesidad de eliminar deudas de entre los papeles, las familias españolas han reducido el consumo de una manera notable. En el gráfico posterior se puede ver la evolución del consumo respecto al mismo trimestre del año anterior (evolución interanual).

Fuente:Eurostat

El consumo está estancado. Las familias han visto mermada sus rentas. Pongámonos en el caso de una familia tipo española: dos padres y dos hijos menores. Uno de los padres se queda en paro. ¿Qué sucede? Con una menor renta tienen que satisfacer las necesidades. La televisión no funciona muy bien, aún se ve, pero falla. En el pasado hubiesen optado por la compra de una nueva. Hoy por hoy, al tener menos renta hay necesidades más importantes que satisfacer. Necesidades básicas para la existencia humana y los gastos en consumo, que anteriormente se hubieran podido producir, en el presente son obviados ante la falta de medios económicos. Y si encima esa misma familia tiene deudas se puede imaginar que la situación es aún más dramática.  A una menor renta se suma la carga de la deuda contraída en la época de expansión económica. Una deuda que es como una roca puesta a la espalda de las familias y que en ocasiones es mayor de la que hubiesen necesitado. Debemos entender esta realidad de la mano del crédito. Una palabra tan buscada en la actualidad era en el pasado como uno de esos artistas que hacen un par de canciones comerciales y ya se creen los reyes de la fiesta. No paran de firmar autógrafos, de hacerse fotos, de dar conciertos… Todo el mundo quiere estar en estos conciertos. Pues bien, el crédito era así. Los bancos de la forma que más recursos obtienen es concediendo créditos. De eso no hay ninguna duda. Conceder un crédito significa mover el consumo, mover la inversión… las entidades de créditos no quieren una economía parada en la que los depósitos se vean mermados y en las que el crédito no fluya. No tendría ninguna lógica. Ahora bien, el crédito fácil del pasado, las familias lo pagaron con el endeudamiento elevado en el futuro que unido a un alto desempleo y a una situación económica recesiva podemos tener los ingredientes para el cóctel de los 100 años de resaca.

Las empresas se encuentran con una demanda insuficiente, debido a la disminución del consumo, que no han podido paliar con el aumento de la inversión. ¿Por qué? La respuesta está en el endeudamiento. Las empresas también se han endeudado y de una manera muy notable durante la etapa de expansión económica. Cuando la situación cambió y la realidad se convirtió en un muro, mientras el crédito debido a la crisis financiera se transformó en un montón de cristales rotos, las empresas debieron de adaptar su capacidad productiva a las nuevas circunstancias y los despidos aumentaron. No se llevó a cabo un proceso de aumento de las inversiones privadas debido al aumento de las exigencias de crédito y a la contracción que este experimentó en el inicio de la crisis económica. Por lo tanto hubo dos claros problemas que evitaron que las inversiones empresariales aumentaran: la contracción del crédito, y como no, la cantidad elevada de deuda que tenían en sus balances.

En el gráfico posterior se puede ver la evolución de la inversión respecto al mismo trimestre del año anterior. Ha estado en una caída constante y la inversión, por tanto, no ha podido ocupar su lugar intentado paliar el descenso del consumo interno.

Fuente:Eurostat

Por lo tanto, mientras el consumo disminuye y el ahorro aumenta, la inversión desciende bruscamente debido al endeudamiento de las entidades dispuestas a invertir y de la contracción del crédito. Mientras el consumo no se recupere la inversión es un instrumento clave para crear empleo.

¿Y la inversión pública? Pues quitando aquel intento improductivo, también llamado Plan E, los PGE año a año la están reduciendo. El gasto público, para cumplir el objetivo de déficit, está disminuyendo. ¡Y más que va a disminuir! Por lo tanto, la inversión pública también es insuficiente para generar puestos de trabajo y no logrará suplir a la inversión privada decreciente en esta tarea.

Únicamente nos queda esperar que nuestros productos sigan siendo atractivos en el extranjero y lograr que la demanda externa sea tan fuerte que logre sustituir a la deprimida demanda interna. ¿Nos subiremos al carro del comercio exterior en los próximos años? Ese es un tema diferente y no quiero apartarme de lo que me interesa: la inversión y su futuro.


La inversión disminuye, es un hecho, Un hecho que se repite en todos los países con problemas. En todos los países que están en boca de cualquier ciudadano. En el gráfico posterior se puede ver la evolución de la inversión respecto al mismo trimestre del año anterior en Alemania (verde oscuro), Grecia (azul), España (marrón), Francia (rosa), Italia (amarillo) y Portugal (azul claro). Puede verse como en Grecia el descenso es impresionante. Portugal sigue su camino. España e Italia van detrás.

Fuente:Eurostat

Mientras la inversión no se recupere no podremos salir a la calle y aplaudir. La inversión es un componente clave para que la demanda salga de la cama de hospital y respire el aire de la recuperación.

¿Qué futuro le espera a la inversión? Está condicionada por el endeudamiento de familias y empresas y por la contracción del crédito.


-        El sistema financiero español está en una posición delicada. Se están sembrando dudas y ya veremos lo que se recogerá. En los balances de los bancos se está acumulando deuda pública. El BCE, en lugar de invertir, como ya ha hecho, en títulos de renta fija de España, ha inyectado dinero a los bancos para que sean ellos los que adquieran los títulos. Nos decían que mediante esta inyección de liquidez iba a fluir el crédito. ¿Verdad? No, el objetivo era contener a la endemoniada prima de riesgo. Ante las dudas, el peso de las pasadas operaciones dudosas y el aumento de la cantidad de deuda pública en sus balances, la contracción del crédito es evidente.

-        Las empresas están endeudadas y en la actualidad tienen como prioridad la disminución de la deuda. Esto quiere decir que estamos entrando en un proceso de desapalancamiento y que incluso con el crédito fluyendo, las empresas tendrían más reticencias que en el pasado para emprender nuevos proyectos y la prioridad por desendeudarse tendría un papel principal. 


La recuperación de la inversión dependerá, en una parte importante, del ritmo a que se lleve ese proceso de desapalancamiento. Ya se habla de que este proceso nos llevará hasta 2016. Una cosa está clara, deuda y crédito son dos palabras claves para intentar ubicarnos en la realidad económica actual. 

Daniel Franco











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